viernes, 25 de julio de 2014

Día del Reino de Galicia


 Desde la Casa de Castro, valedora de los Fueros de Galicia, sentimos como propia la festividad de hoy 25 de Julio, día de Santiago Apóstol, Santo Patrón de todas las Españas.

 Se mantiene vigente como fecha festiva en el Reino de Galicia, hoy constituido como Comunidad Autónoma, con capitalidad precisamente en la Ciudad donde se halla el sepulcro del Santo Apóstol. Es curioso, y un motivo de esperanza al fin y al cabo, que en los tiempos de secularización y desarraigo de las tradiciones en que vivimos, donde se intenta desgajar el ser profundo, espiritual y definitorio del hombre, de las fórmulas de interacción en la comunidad, se mantengan como referentes de la organización social aquellas en las que se han fundamentado desde un principio, que son las señas de identidad religiosa, en un acervo trascendente, fuente original de la unidad sobre la que se sustentan las relaciones primordiales de las personas.

 Se trata pues, de un patrimonio inmaterial que debemos mantener con especial cariño y (en el mayor sentido de la palabra) Devoción, pues nos une intrínsecamente a las generaciones que nos preceden, las que han ido madurando una forma propia de concebir la cultura en la que nos sentimos identificados por lo que somos, en esa magnífica realidad evolutiva que diera como fruto fecundo la final unión hermanada de las Españas, de las cuales Galicia es pionera y patria primigenia. Mantener, contra las posturas que propugnan la preponderancia de los intereses materiales, la Capital de Galicia en Compostela, al abrigo de la Catedral y al amparo del Apóstol, así como la representatividad del día de su Onomástica como Fiesta Mayor de éstas Tierras, resulta tan importante como guardar la lengua, las tradiciones, las expresiones culturales y artísticas de un pueblo milenario que encuentra su verdadero ser sólo en ellas, sin permitir ni desear adulteraciones extrañas.

 Podría haberse decidido establecer la Capitalidad de la actual institución autonómica en la Ciudad de La Coruña, respondiendo a su situación como puerto referente, o poner la Fiesta el día 6 de Abril, al modo que la mayoría de las comunidades que celebran como su día aquél en el que fueron promulgados sus estatutos de autonomía, sin embargo se mantuvo la tradición jacobea en el aspecto institucional.
 
 No obstante, entendemos que el aspecto simbólico es solamente eso, un emblema, un reflejo de la más profunda identidad de Galicia, que no se entiende sin el adecuado funcionamiento de sus instituciones propias y tradicionales. Las formas de organización popular, en Parroquias y Concellos, participativos y basados en los cuerpos intermedios de la sociedad, que dieran origen a los antiquísimos Fueros en los que se conforman como normativa consuetudinaria los usos, heredados ya desde los tiempos célticos, que regulan por la práctica el funcionamiento de las sociedades humanas en estos territorios. Como ya hicieran nuestros antepasados, en respuesta cabal a la indignante usurpación de competencias del Reino, declaramos insuficiente el marco legislativo que se ha dado para Galicia, entendiendo con la descentralización administrativa únicamente una delegación de facultades, en detrimento del modelo tradicional de la composición de los Reinos de las Españas, en el que son éstos quienes confieren subsidiariamente aquellas que por sí no son capaces de regular, a un ente coordinador común, resultante de la relación en igualdad de las Cortes de dichos Reinos. Reclamamos, pues, la restauración efectiva de la personalidad jurídica ancestral de Galicia como Reino, algo que no significaría una mera denominación distinta, sino la implantación de un régimen de soberanía foral que garantiza las libertades concretas históricas de éste, en el fraternal espacio que une como siempre ha sido hasta la aparición de rivalidades separatistas y separadoras, el común de Las Españas.

 A las que, desde Galicia, Reino antiguo y confín de la tierra ganado para la Cruz, guarde su Protector Santiago.